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Las Carmelitas Misioneras prolongamos en la Iglesia una tradición espiritual que coloca la oración en el centro de la vida. Entendida como experiencia viva de Jesucristo, crea y alimenta los lazos de fraternidad; crece y se desarrolla en un clima teologal profundo; se fortalece y sostiene en el ejercicio de la abnegación evangélica. En nuestra vocación se conjugan y complementan armoniosamente las diversas formas de oración. La oración íntima y personal de trato amistoso con Dios anima y vivifica la oración litúrgica y ésta a su vez, alimenta y robustece nuestro trato familiar con el Señor.                                                                                                                                   

La Eucaristía es signo y sacramento de nuestra unión esponsal con Cristo. Mediante la participación diaria en el Cuerpo y Sangre del Señor se activa en nosotras la comunión con toda la Iglesia y adquiere plenitud nuestra consagración religiosa.                                                                                                                                                                                                                                 

Las Carmelitas Misioneras Teresianas encarnamos y propagamos la vocación eclesial de Francisco Palau como estilo específico de seguir a Jesús en el amor y entrega a su Iglesia, comunidad de hermanos, y en fidelidad al magisterio del la Iglesia. Tenemos como modelo de vida y patrona de la Congregación a la Virgen del Carmen. Nuestra vocación personal es a la vez convocación comunitaria dentro de la Iglesia, para ser signo y realización de su presencia y misión. Nuestro estilo de vida es sencillo, fraterno, con espíritu de familia, orante y misionero. El ideal de evangelización y promoción de la vida espiritual, anima toda nuestra vida consagrada. La Iglesia es centro y hogar de nuestra vida espiritual, fuente e inspiración de nuestro apostolado. La Iglesia, misterio de comunión: "Dios y los prójimos", avala la unidad de vida de las Carmelitas Misioneras Teresianas y es fundamento en la vida cristiana de cuantos se alimentan del Carisma y Espiritualidad del Padre Francisco Palau.La Eucaristía, misterio de presencia y comunión que hace crecer y edifica la Iglesia, es nuestra oración y acción comunitaria por excelencia. Nos hace más Iglesia-Esposa de Cristo.

 

Las Carmelitas Misioneras Teresianas nacimos, en 1860, a partir de la experiencia mística y espiritual del amor a Cristo y a la Iglesia del Beato Francisco Palau y Quer, nuestro fundador.

 

Como nuestro fundador, nos sentimos porción viva del Carmelo y herederas de la espiritualidad Teresiana.

Identidad

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